Notas a «El concepto de ideología» de Luis Villoro.

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Del concepto de ideología

El concepto fue usado por primera vez por Desttut de Tracy para referirse a su teoría de formación de las ideas.

Quienes le dieron sus connotaciones actuales fueron Marx y Engels quienes apuntan que la ideología es un tipo de «falsa conciencia» determinada por las relaciones sociales.

En Marx y Engels la ideología no puede remitir nunca a un conocimiento verdadero sino a una forma de error socialmente condicionado.

El término ha sido enriquecido por los marxistas con cada revisión que se hace de éste, así, por ejemplo, mientras unos conservan el sentido de falsa conciencia otros, como Lenin, hablan de una «ideología proletaria» en contraposición a una «ideología burguesa».

Pero, también, es una categoría que ha trascendido los límites del marxismo. La sociología del conocimiento se lo apropia y le da un un sentido mucho más amplio, pero también más ambiguo. Continuar leyendo

«Yo sé leer», vida y muerte en Guerrero

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“Lucio Cabañas me salvó la vida”, comentó con una peculiar mezcla de admiración y tristeza: “Me obligó a bajar de la sierra antes de que mataran a su gente: ‘No tienes aspecto de campesino’, me dijo: ‘Si te encuentran acá, no podrás decir que andabas sembrando; tienes que continuar la lucha donde vales más: el salón de clases”.
(…)
“Hay una tensión entre leer y la acción política”, escribe Ricardo Piglia. Interpretar el mundo puede llevar al deseo de transformarlo. En ocasiones, la letra, y la ortografía misma, son un gesto político que desafía un orden bárbaro: “Podríamos hablar de una lectura en situación de peligro. Son siempre situaciones de lectura extrema, fuera de lugar, en circunstancias de extravío, o donde acosa la amenaza de una destrucción. La lectura se opone a una vida hostil”, argumenta Piglia en El último lector.
El Che Guevara pasó su última noche en una escuela rural. Ya herido, contempló una frase en la pizarra y dijo a la maestra: “Le falta el acento”. La frase era “Yo sé leer”. Ya derrrotado, el guerrillero volvía a otra forma de corregir la realidad.
43 futuros maestros han desaparecido. La dimensión del drama se cifra en una frase que se opone a la impunidad, el oprobio y la injusticia: “Yo sé leer”. El México de las armas teme a quienes enseñan a leer.
A ese país le falta el acento. Llegará el momento de ponérselo.

Critical narratives

Por Juan Villoro

Nota del 24 de octubre de 2014, El País

El pasado 17 de octubre el cadáver de Margarita Santizo fue velado en la calle Bucareli de la Ciudad de México, frente a la Secretaría de Gobernación. Así se cumplía la última voluntad de la difunta, que había buscado sin éxito a su hijo desaparecido. La escena sirve de alegoría para un país donde la política amenaza con transformarse en un rito funerario.

La espiral de violencia alcanzó un grado superior el 26 de septiembre con el asesinato de seis jóvenes y el secuestro posterior de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa. Ese día me encontraba en la Universidad Autónoma Guerrero para dar una conferencia sobre José Revueltas. Mi anfitrión era un alto funcionario de la Universidad que en su juventud perteneció a la guerrilla de Lucio Cabañas. Hablamos del escritor comunista tantas veces encarcelado por sus ideas. Esto…

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